Procuro que mis letras no te hieran, que cada una de mis expresiones
no sean impertinentes en tu vida, voy a
escribir una vez más para expresarte todo lo que admiro de tu encanto, me hallo
deseando tu vida, desde el inicio que te traté, mi espíritu descubrió un sendero
lucido en tu ternura y me paso soñando en el Olimpo.
Me gustas más de lo que pude suponerlo, me encantas más
de lo que puedas comprenderlo, me he apasionado solo con atesorarte en mis
pensamientos, me he enamorado de ti y no lo he sabido impedir. No te molestes con
lo que aquí escribo, tampoco te asombres, puesto que ya tú lo sabes que me
sostengo pensando en ti.
Cásate conmigo dama encantadora, plasmemos juntos un
hogar divino, déjame ser el caballero que proteja de ti la vida entera. No consigo
evitar el figurarme la vida sin tu presencia. Te parecerá bastante ilógico por
lo poco que nos hemos conocido, pero, te amo, te amo sin verte, sin sentir tus
palabras, te amo sin ser mi novia, me consuelo con ver tus imágenes para ver y discubrir
lo noble decente y buena que tu eres.
Cásate conmigo hermosa princesa, prometo darte amor
entero, darte calma respeto y mi vida entera, juntemos nuestras vidas y
amémonos como lo manda DIOS.
Cásate conmigo, ser tu esposo es mi anhelo, cuidarte y
darte lo mejor es mi sueño, llevarte de la mano por doquier que yo vaya es mi
más grande deseo, pido que seas tú la mujer que de niño me lleve a ser hombre,
que seas tú quien mi inocencia termine. Me he enamorado y no puedo mirar atrás,
bendito el día que en mi vida tu vida apareció. Te amo.
Cásate conmigo divino ser.
Autor: Ronald Tadeo Ramirez Elizalde.